
Mi objetivo es capturar la esencia de los momentos auténticos, aquellos que se desvanecen en un instante pero permanecen en el corazón para siempre. Para mí, la fotografía es eso: una forma de realzar las emociones, sin necesidad de palabras.
Cada boda es una historia única, hecha de anticipación, emociones fuertes, risas repentinas y detalles que te hablan. Estoy ahí, presente pero nunca intrusiva, lista para capturar cada matiz, cada mirada que habla de amor, cada abrazo que se siente como en familia.
Mi estilo es natural, espontáneo e íntimo. No me gustan las poses forzadas; prefiero la magia de la verdad. Esa que brilla cuando eres realmente tú mismo, rodeado de las personas que amas.
Cada toma nace de la observación, la escucha y una profunda empatía con la persona que tengo delante.
Para mí, la fotografía se trata de contar la historia del amor en todas sus formas, con dulzura, cariño y gran respeto.



























